sábado, 20 de agosto de 2016

Los Antibióticos.


Son medicamentos potentes que combaten las infecciones bacterianas. Su uso correcto puede salvar vidas. Actúan matando las bacterias o impidiendo que se reproduzcan. Después de tomar los antibióticos, las defensas naturales del cuerpo son suficientes.





Inicialmente solo se consideraban antibióticos aquellos compuestos procedentes de hongos o bacterias que resultasen tóxicos para otros microorganismos, pero hoy en día ya existen antibióticos sintéticos (creados por el hombre).


Antes del descubrimiento de los antibióticos, se trataba a los pacientes con compuestos de mercurio y dejando la fiebre, que en realidad es un mecanismo de defensa contra las infecciones tanto bacterianas como virales.


Se pueden Clasificar en dos Grandes Grupos:

Bactericidas


  • Beta-lactámicos (Penicilinas y cefalosporinas)
  • Glicopéptidos (Vancomicina, teicoplanina)
  • Aminoglucósidos (Grupo estreptomicina)
  • Quinolonas (Grupo norfloxacino)
  • Polimixinas
       Bacteriostáticos

  • Macrólidos (Grupo eritromicina)
  • Tetraciclinas
  • Cloramfenicol
  • Clindamicina, Lincomicina
  • Sulfamidas


  • Alergia. Muchos antibióticos producen erupciones en la piel y otras manifestaciones de alergia (fiebre, artritis, etc), en un pequeño número de personas predispuestas.
  • Disbacteriosis. Al eliminar también bacterias "buenas" (de presencia deseable en el tubo digestivo) pueden producir dolor y picor en la boca y la lengua, diarrea, etc.
  • Sobrecrecimientos. Algunos antibióticos eliminan unas bacterias pero hacen crecer otras bacterias u hongos.
  • Resistencias. Las bacterias intentan hacerse resistentes rápidamente a los antibióticos, y la administración continua o repetida de antibióticos para enfermedades menores favorece la aparición de estas resistencias.
  • Toxicidad. Los antibióticos pueden dañar los riñones, el hígado y el sistema nervioso, y producir todo tipo de alteraciones en los glóbulos de la sangre.





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